Tras un día de furia, Alberto se plantó por primera vez ante el kirchnerismo
Tal cual hicieron los Kirchner en Santa Cruz, con Sergio Acevedo, Carlos Sancho y Daniel Peralta, los tres ex gobernadores que sucedieron a Néstor en la gobernación de esa provincia, ahora Alberto Fernández está sufriendo el vacío del poder y la confabulación permanente del propio oficialismo K.
"Es el huevo o la gallina", sería el resumen. Apartado el escándalo que terminó por desnudar todo, la foto de Olivos, ahora todos miran desde el inicio del proceso. Desde que "no nos dejaron gobernar, nos rompieron todos los acuerdos", hasta "los propios nos pedían la cuarentena eterna", todo se discutió en la Casa Rosada, en el Parlamento, y en todos los rincones institucionales del país.
Los movimientos sociales, la CGT y documentos contundentes en apoyo a la institución presidencial por parte de empresarios y cámaras profesionales, organizados de manera frenética, son algunas de las conclusiones de un día de furia en la Presidencia de la Nación, donde Alberto Fernández eligió hacer como que no pasaba nada mientras que sus principales funcionarios discutían y defendían las posturas del Gobierno nacional ante una catarata de renuncias mediáticas promocionadas por el kirchnerismo.
Por su parte, el gobernador Axel Kicillof, quien organizó una presentación de renuncias a primera hora para luego rechazarlas, recibió a los intendentes de la Tercera Sección Electoral, los mismos que almorzaron ayer con el presidente, y sus más importantes ministros, a los que se le sumaron, en esta oportunidad, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y de Esteban Echeverría, Fernando Gray. Casualidad o no, en este encuentro no estuvo Máximo Kirchner, con quienes ambos tienen inocultables diferencias.
Tampoco estuvo Martín Insaurralde, el intendente de Lomas de Zamora, que parece no estar ubicable. Faltó ayer, y hoy tampoco fue a La Plata. El hijo de los dos presidentes, ayer habló poco. Hoy no apareció ni habló en toda la jornada.
Mañana será el turno de los intendentes de la Primera Sección Electoral para su encuentro con el gobernador y varios de sus funcionarios provinciales. Al ser consultado uno de los que estarán por la capital provincial, sólo dijo que "se emitirá una gacetilla similar a la de hoy y listo". Así están las cosas.
En el entorno presidencial, los pocos trascendidos verídicos desmintieron todas las versiones que se dispersaron durante toda la mañana y la tarde. Santiago Cafiero, Gabriel Katopodis y Martín Zabaleta fueron los tres ministros políticos a cargo de la resistencia. Y parece que sobrevivieron hasta esta hora de la jornada. No hubo cambios y, si los apoyos que se presumen para mañana, crecen, cada vez se harán más difícil de ejecutar.
En esta oportunidad, Sergio Massa, quien solía estar ya recostado en el kirchnerismo más duro, aliado en cada una de las posturas al hijo de los dos presidentes, Máximo Kirchner, no se sumó a la oleada de renuncias presentadas. No lo podía hacer él, pero si sus dos ministros de mayor confianza, su esposa Malena Galmarini, y Alexis Guerrera, de Transporte. Nada de eso pasó.
A pesar de esto, Massa estuvo activo y se reunió con Kirchner para tratar de buscar un punto en común entre los extremos de los pedidos de renuncia impulsados por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La primera "bomba" fue la del ministro del Interior, Wado de Pedro, pero la que terminó de disparar todas las dudas fue la decisión de Jorge Ferraresi, el ministro de Vivienda, de sumarse al reclamo del kirchnerismo duro. Hasta ahora, a las manos de Cafiero, llegaron sólo dos renuncias. Las del ministro de Medio Ambiente, Juan Cabandié, y el otro fue Martín Sabbatella, del ACUMAR.
El kirchnerismo duro había insistido sobre Massa para que sea ministro, jefe de Gabinete o se haga cargo de Hacienda y Producción. El ex jefe de Gabinete no escuchó, por ahora, esos cantos de sirena. Por eso se reunió durante tres horas y mandó un pedido expreso a sus subordinados. "No hablen".
La situación se desmadró tras la derrota del domingo, donde nadie aún sabe qué pasó precisamente. Desde una queja encubierta de los mismos planes sociales que mañana marcharán hasta la Plaza de Mayo hasta la supuesta poca voluntad de los intendentes todo se discutió. "Me parece que se equivocaron", dijo Fernando Chino Navarro a TN sobre los funcionarios que presentaron públicamente la renuncia.
Por supuesto, los pases de factura avanzaron más allá de la "cuarentena eterna", la falta de escolaridad presencial, el Vacunatorio Vip.y, fundamentalmente, la clandestina de Olivos. Pero todo esto "no hubiera explotado electoralmente si hubiera habido plata en la gente", que es lo que iban a anunciar mañana, pero ahora está también en suspenso.
Si la discusión sigue, los intendentes, los que suelen sostener las elecciones más cruciales, miran para adentro. Si no encuentran respuesta arriba, trabajarán para no perder abajo.
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