CULTURA

“Me di cuenta que eso era lo que me hacía sentir vivo”

Dijo José Escobar que estudió diseño y fotografía pero hoy, a los 43 años, se dedica a la actuación, un trabajo que soñó poder emprender desde chico

ECONOMÍA

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Por Ian Larsen - Redacción


Muchas personas han pensado en trabajar de lo que soñaron desde chicos. Algunos, o tal vez la mayoría, no lo han logrado por diferentes cuestiones que se han presentado en la vida pero los que han tenido la fortuna de poder hacerlo, hoy disfrutan de su pasión al máximo y son agradecidos por ello. Entre ellos está el necochense, criado en el paraje Energía, José Escobar.

José estudió diseño y fotografía pero de grande decidió dejar de lado un poco eso y dedicarse a la actuación. Hace poco lo nominaron en el rubro actor de reparto para los Premios Trinidad Guevara, que entrega el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, por su papel en la obra ‘El amor es un bien’, de Francisco Lumerman.

Infancia de pueblo

José Escobar tiene 43 años, nació en Necochea, pero ha vivido toda su infancia en Energía, el paraje ubicado a 51 kilómetros de la ciudad. Allí se crió con sus padres, su hermana, y sus abuelos viviendo plenamente entre la naturaleza,en el almacén de su familia que es el más antiguo y cargado de historia de dicho paraje. "Para mí fue una época muy bella, dolorosa, amorosa…todo se mezclaba. Tenía la libertad de jugar en cualquier lugar sin violencia, sin peligro. La tele se veía poco, no porque no quisiera, sino porque no había servicios de cable como hay hoy, ni tampoco Internet”, recordó.

Allí Escobar convivió con su mundo creativo y sus amigos. "Mi abuela Ethel fue la que sin darse cuenta me regalo la parte creativa y mis padres la sensibilidad”, contó.

La escuela primaria la cursó en la escuela Nº 26 de Energía ya que era la más cercana que tenía. Allí caminaba unos dos kilómetros hasta llegar o iba en bicicleta con todos sus compañeros."Compartíamos el aula con otros grados. Lo que más recuerdo son los pupitres de madera,las risas, y los actos de fin de año donde siempre participaba”, recordó.

Dado que en aquellos tiempos no había secundaria en el paraje como hay hoy, cuando terminó la primaria, se mudó a Necochea. "Hoy, de grande, me doy cuenta de lo pequeño que era cuando me fui. Paraba en una pensión de una dinamarquesa sola con sus hijos. Solo pude estar un año ahí. Por suerte, mis abuelos se fueron a vivir a la ciudad. Sacaba fuerzas de no sé dónde. Pero algo me decía que tenía que andar y crecer. Algo me decía ‘seguí’. Solo son lugares de tránsitos”.

Escobar habla hoy orgulloso de sus padres como personas "valientes y amorosas” que siempre lo han apoyado desde aquellos primeros pasos. "Ellos me brindaron lo más maravilloso: tener la posibilidad de crecer y respetar mi vocación. De ellos aprendí todo, pero sobre todo la honestidad con el trabajo”.

Amor por el arte

Ya desde aquellos años de infancia y adolescencia, José Escobar tenía un fuerte vínculo con el arte y conserva claras sus ideas y recuerdos de aquel entonces. "Tengo una hermosa imagen: yo de pequeño en un inmenso terrero, atrás de mi casa. Había armado un gran escenario con los cajones de frutas del almacén, y ahí estaba, actuando. Pero era imposible que eso se hiciera realidad”, contó.

Después de egresar del secundario se mudó a Mar Del Plata para estudiar diseño y fotografía aunque eso lo aleó un poco de su pasión.

Luego de estar cuatro años allí, decidió irse a Buenos Aires, en 1995, a estudiar cine, pero terminó anotándose en un taller de teatro. "En esa primera clase volvió a aparecer ese niño arriba de esos cajones de frutas. Ahí me di cuenta que eso era lo que me hacía sentir vivo. Y no quería postergarlo más. En un momento llamé a mis padres para contarles que estaba estudiando teatro porque ellos no sabían. Mi padre me respondió que era lo que tendría que haber hecho desde un principio. Fue la respuesta más hermosa que escucharé en toda mi vida”.

Mejorando día a día

Después de estudiar varios años,con unos amigos fue parte de un espacio, Elefante Club de Teatro, un lugar donde aprendió el oficio y a conocer colegas. Ahí tuvo su primer premio de revelación masculina por una obra que se llamó Sencilla, de Santiago Loza y Lisandro Rodríguez. "Ahí descubrieron mi actor y yo me descubrí en él. Pero todo es muy efímero. Solo duró segundos. Luego hubo que trabajar el doble. No todo es tan fácil como parece”.

Hoy José Escobar también da clases de teatro para niños con su amiga Adriana Ferrer y cada trabajo que elige en la actuación,es porque le representa un desafío en lo actoral y en lo personal. "Me he enojado muchas veces con la profesión pero sigo como un guerrero. Siempre intento ser honesto con este trabajo. Es más, siempre pienso que soy un inconsciente cuando actuó. Y me divierte. Me aburre el actor que solo te muestra lo que sabe hacer. Me gusta equivocarme en el escenario. Los desafíos me mantienen vivo”, aseguró.

Tele y teatro

Si bien Escobar trabaja en teatro como actor, también lo hace como asistente de escenografía de Alicia Leloutre y, de vez en cuando, hace escenografías solo. "Estoy en los dos lados. Las dos cosas me ayudaron y me enseñaron. He aprendido mucho mirando. He tenido la posibilidad de ver a Alfredo Alcón ensayando y yo desde la platea asistiendo. Siempre fui un observador de la vida. Ahí está el secreto de la actuación”.

En televisión no ha tenido muchas posibilidades de trabajar pero aun así ha estado presente durante algunos años. "Hace unos años estuve en ‘Doce Casas’, una historia que se dividía en cuatro capítulos y se emitió por Canal 7. En Energía me vio todo el pueblo y siguieron los cuatro días los capítulos. Todos sus mensajes y anécdotas fueron hermosos. La gente sino te ve en la tele piensa que no podes ser actor”.

Planes futuros

Finalmente, en cuanto a su futuro profesional, dijo que le resulta un misterio pero que no piensa bajar los brazos."Hacer teatro es difícil, siempre fue difícil, pero ahora el panorama es más oscuro”.

Hoy continúa en la obra por la cual fue nominado a los premios Trinidad Guevara. "Es muy emocionante que te reconozcan, más allá de los resultados. Fue y es un desafío hermoso, además tuve que aprender a tocar la guitarra para tocar las dos canciones. Igual toco horrible.”, dijo riendo, José Escobar.Finalmente concluyó diciendo que tiene dos proyectos nuevos de teatro como actor, y muchas ganas de hacer cine. "No todos tenemos la posibilidad de hacer lo que nos gusta. Soy un privilegiado, y siempre agradezco”.

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