Peralta, el mal necesario
La reconciliación entre el gobernador Daniel Peralta y el gobierno nacional recompuso el poder de fuego del partido que gobierna la provincia desde hace veintitrés años y que se vio debilitado por la grieta nación-provincia al punto de sufrir una histórica derrota en las legislativas 2013.
La pelea con la presidenta le valió a Peralta el hostigamiento de los diputados K puntas de lanza de Máximo Kirchner y de los intendentes alineados con la billetera nacional, y el ahogamiento financiero que le impuso nación.
Sin embargo Peeralta, con menos que perder, salió fortalecido de la refriega al punto de forzar un acuerdo con el kirchnerismo: el gobernador necesita de la asistencia de Olivos hasta para respirar, y el kirchnerismo no tiene quien lo represente decorosamente en el próximo turno electoral. Fue un acuerdo de socorros mutuos, que incluyó la ampliación de la ley de lemas.
Sin ley de lemas no hay kirchnerismo
Su previsible restitución para los cargos ejecutivos era el último artilugio que le quedaba al kirchnerismo para evitar una catástrofe en la crucial elección de 2015, que define no solo su continuidad en el poder provincial sino el refugio de un ejército de futuros ex funcionarios nacionales que retornarán a la provincia que los vio nacer, y hacerse poderosos. Y en algunos casos millonarios.
Peralta, junto con el intendente de El Calafate Javier Belloni, hicieron punta en la carrera a la gobernación pero no garantizan el triunfo. El gobernador tiene un techo que no supera los 22/23 puntos, en tanto Belloni no alcanza el mínimo de conocimiento público en la provincia. La tercera opción será determinante, y la figura de Alicia Kirchner aparece como la más expectable, por peso propio y por ser portadora sanguínea del grupo Kirchner.
Mientras tanto, la economía
La precarizada economía provincial está reducida a su mínima expresión de pagar salarios y esperar que las regalías no decaigan por impacto de los paros petroleros o la caída del precio del crudo. El mundo está avisado; sin la asistencia nacional Santa Cruz no puede pagar sueldos ni afrontar el desequilibrio (provocado) del sistema de jubilaciones. Pero ese es otro tema, del que deberá ocuparse el próximo gobierno.
Costa tiene que abrirse pero sin romper
Por su parte el radical Eduardo Costa quien va por la tercera y la vencida candidatura a la gobernación, sabe que la ley de l lemas lo perjudica por la proliferación de oponentes externos, pero también que lo ayuda en la armonización de las candidaturas dentro del frente propio. Aunque todavía tiene que poner en caja a su correligionario Facundo Prades quien parece irrecuperable, sentado sobre un caudal de votos que define la elección local en Caleta Olivia, y que sin dudas va a influir en el resultado provincial. No por nada Prades está siendo tentado por el Pj y por ex kirchneristas.
Costa además debe consensuar con su esposa y jefa del Ari Mariana Zuvic de altísimo perfil mediático y con el gremialista docente Pedro Muñoz también del Ari la inclusión de sus candidaturas sin atizar más los celos dentro de su propio partido y de sus aliados de Unión para Vivir Mejor.
Un premio que distingue al periodismo y desnuda a los cómplices de la corrupción.
En un año sin demasiadas sorpresas gratificantes surge como una ventana al cielo la premiación a dos periodistas que investigaron la corrupción en Santa Cruz. Se trata de Hugo Alconada y Mariela Arias quienes obtuvieron el primer Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación que organizan Transparencia Internacional y el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), con el auspicio de Open Society, por el trabajo "El señor de los hoteles (y el socio de la Presidenta)” que revela la relación comercial íntima entre Cristina Fernández y Lázaro Báez.
El premio a dos periodistas argentinos entre 196 postulaciones de más de 13 países, significa además del reconocimiento al trabajo serio y responsable de Arias y Alconada, la inapelable constatación de que la vigente corrupción gubernamental en la provincia de los Kirchner no es obra del espíritu santo, y la evidencia de que los Kirchner no lo hicieron solos. El aparato judicial, y la prensa adicta fueron dos patas fundamentales en la que se sentó plácidamente la impunidad de los funcionarios.
De allí el coherente silencio que guardó la mayoría de los medios de Santa Cruz ante la enaltecedora noticia del premio otorgado a sus colegas. Lógico, si no escribieron una sola línea sobre los saqueos a las arcas provinciales durante veinte años, porqué iban a publicar ahora sobre un premio que los pone en evidencia.
Por Héctor "Cacho" Barabino. Periodista.