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Era martes y cerca de las 17, la hora acordada para la entrevista, yo ya estaba en la puerta del edificio al que tenía que ingresar. El lugar que Charly me había explicado cómo llegar después de decirme: "Hagámosla en casa, no hay drama”.
Llegué en mi auto hasta Belgrano al 200 y pico. Me abrió un vecino que salía y me atreví a ingresar al ascensor. Mientras subía, miraba las hojas con mis apuntes. Llegué a lo más alto del edificio. Bajé, me abrió la puerta y me senté. Me ofreció algo para tomar y acepté una gaseosa "cero”. Ahí, empezó todo…
- ¿A qué edad comenzaste en radio?
- Bueno, arranqué a los 18 años en una radio llamada Ultravox. Mucha gente la debe recordar. Estaba en el 91.3… Hoy es los 40 Principales, pero en su momento fue una radio que marcó generaciones. Una radio dedicada al Rock N’ Roll las 24 horas del día… ¡Las 24 horas del día! Al palo con el rock. La radio se la puso mi hermano con un grupo de descerebrados y la cosa salió bárbara. Ahí empezamos. Después de varios intentos y algunos programitas que fuimos inventando, apareció Quemando el Piso. Yo tenía 18 cuando arranqué… Calculo que a los 21 empezamos con Quemando el Piso.
- ¿Por qué fue tan exitoso Quemando el Piso?
- No había muchos programas para los jóvenes en esa época, en la década del 90. Salimos con un programa netamente rockero, muy rebelde. Pero, a su vez, tenía muchísima producción, dentro de la joda que era y lo rockero, estaba bien presentado. Mucha producción, buenos bloques, muchos premios para los chicos. Fue tanto el éxito que se llegó a transmitir por tres radios a la vez. Dos eran de Laura Asia y la otra radio de Hugo Díaz, que en paz descanse. Firmamos un contrato y salía por las tres radios de 21 a 00 horas. Ese era el horario. Es más, hasta se montó un estudio exclusivo para que pudiéramos hacer Quemando el Piso en ese estudio. ¡Una locura, realmente, lo que pasó con Quemando! Después lo hicimos en la tele y, bueno, también le gustó mucho a la gente.
- ¿Qué edad tenías cuando ganaste el Martín Fierro?
- Tenía 23 años, Sofi. No sabía no donde estaba parado. Se entregaron en Mendonza… Una noche increíble, inolvidable. Fuimos con todo el equipo de la radio y, en aquel entonces, estábamos en FM Record. Viajamos todos. Fue una terna bravísima, complicada, porque competíamos con Rosario Capital que, tiene una muy buena radio, y también con Mendoza. Eran locales, pero bueno, nos pudimos imponer en esa terna tremenda.
- Por aquel entonces te volvían loco con Pergolini
- Sí. La influencia era bastante clara, no digo que no. Pero, a algunos se les fue la mano. Por ejemplo, el diario Río Negro, nos sacó una nota: "Pergolini y copia fiel”. Después, cuando cumplimos mil programas lo contratamos. Lo trajimos a Neuquén e hicimos el programa juntos. Armamos una fiesta tremenda, del programa, con él. Fue en Metrópolis.
- ¿Por qué dejaste de hacer el programa?
- Creí que ya era un ciclo cumplido. Ya no era el chico rebelde de ese momento, ya había crecido y, por ende, nuestra audiencia también había crecido, junto a nosotros. Ya no tenía tantas ganas de gritar y hablar tan rápido. Las cosas llevan su tiempo y creo que ya era de hora cambiar. Era ciclo cumplido.
- ¿Cómo fue trabajar con Juan Alberto Badía?
- ¡Impresionante! Necesitaban una persona para mostrar toda la provincia de Neuquén y, ahí, me convocaron. Él estaba haciendo el programa Estudio País, en la TV Pública. Durante una semana recorrimos San Martín de los Andes, Junín de los Andes, Caviahue, Villa la Angostura, y cerramos en Neuquén Capital. Increíble el nivel de producción que maneja un programa de esos, de ese estilo. Los técnicos, los camarógrafos, la producción, la gente de maquillaje. Otro mundo. Y todo se va movilizando de una ciudad a la otra. La verdad, aprendí muchísimo.
La charla se ponía cada vez mejor. Me sorprendía la verborragia de Charly y la pasión en cada una de sus respuestas. Me ofreció de nuevo algo para tomar mientras yo observaba el buen gusto de decoración en el departamento. No disimulé. De hecho, se lo dije. Después, retomamos la charla.
- Termina quemando el piso y nace Máxima 99
- Correcto. Volvimos a las fuentes, a la música que habíamos escuchado mientras crecíamos. La música del 80’, del 90’, que fue con la uno se crió. Nadie había visto los videos de las canciones en esa época, así que, armamos un programa de videos retro. Youtube recién arrancaba, así que no se encontraba nada de esos años. Al contrario de Quemando, Máxima arrancó primero en la tele y después pasó a la radio. Gracias a Dios, la gente se súper enganchó. Recuerdo que editamos DVD doble con los mejores videos del programa y se vendieron más de dos mil copias. Pasamos a la radio y después llegaron las fiestas.
- ¿Cuántos años llevas con las fiestas?
- El año que viene cumplimos diez años.
- ¿Llevás la cuenta?
- Vamos 18 fiestas con la último de mayor. Ésta última la hicimos junto a Darío Arcas y Ariel Lander.
- ¿Cómo se hace para mantener el éxito de las fiestas durante una década?
- Responsabilidad, seriedad y mucho trabajo. Siempre tratando de innovar y de darle algo distinto a la gente. Imaginate que, en estos años, el público no ha sido siempre el mismo. Se va renovando y muchos jóvenes se van sumando a las fiestas. Esperemos seguir así…
- Radio, TV, fiestas… Te faltaba el cine, y con Darín
- Eso fue algo totalmente inesperado. Al director de la película Delirium le encantó la onda que le ponemos al programa de radio y nos convocó para locutar una parte de la película. Vía mail me mandaba el guión y por teléfono me explicaba cómo tenía que decirlo. Hicimos varias tomas hasta que salió como él quería. Es raro trabajar con 1200 kilómetros de distancia. La experiencia fue increíble. El director es Carlos Kaimakamián Carrau… Le estaré agradecido eternamente por la oportunidad que me dio. La película está ahora en Netflix y pueden verla, si quieren.
- Redes sociales… Tenés más de seis mil seguidores. ¿Cómo te llevás con eso?
- Bien. Esto de las redes nos permite tener un contacto mucho más continuo con los oyentes. Interactúo mucho con ellos y con varios, ya somos como chanchos. No soy de publicar muchas cosas todo el tiempo. Tampoco me enrosco en discusiones políticas y otras yerbas. Le doy la utilidad justa, es más que nada por temas laborales.
- ¿Algún proyecto a corto plazo?
- Sí. Ya estamos preparando la próxima fiesta de los 80’. Calculo que para septiembre tenemos joda.
- Un momento inolvidable en la radio…
- Cuando me tocó entrevistar al cantante y baterista del grupo sueco Europe. Cuando cayeron al programa casi me infarto. Súper humildes y bien predispuestos. Recuerdo que hicimos un concurso… Una especie de meet and greet, para que los oyentes pudieran conocerlos, sacarse fotos y demás.
- ¿Algún agradecimiento especial? Para alguien que te haya ayudado…
- A mi hermano Gabriel. Si a él no se le ocurría armar una radio, no sabría dónde estaría yo en este momento.
- Por último… ¿Dónde consigo unas zapas como las tuyas?
- Después te mando la página, olvídate.
Y entre risas fueron las últimas palabras de la entrevista. Sacamos una selfie que guardé y me fui. Entré como periodista y, ante tanta calidez y sinceridad, salí del edificio de una forma diferente. Sin embargo, nada había cambiado con respecto a mis pensamientos hacia él. Terminé de comprender que Charly, es como vos también lo ves.